Cuando empecé en el mundo de la fotografía, hubo dos accesorios que pronto adquirí y que tardé mucho en darle la importancia que tenían y en emplearlos debidamente. Uno fue el flash de mano y el otro el trípode. Los años y a experiencia me han hecho valor su utilidad y hacerlos inseparables para mi trabajo.
En el caso del trípode, tardé tanto en valorarlo porque no supe escoger. Algo que nos ocurre mucho cuando empezamos.
Al igual que debes comprar una cámara acorde a lo que necesitas y no porque sea el último modelo, pasa lo mismo en los trípodes. Si quieres uno estable para equipos pesados, ligeros para usarlo en ocasiones o llevarlo de viaje, si quieres un mínimo tan sólo para apoyar la cámara en la ciudad… Para cada momento un determinado trípode será lo más adecuado.

Como te digo…al principio tuve uno malo, de plástico y no lo saqué de casa. No quería saber nada de él. Ahora no salgo sin llevar al menos un trípode. Porque sí no lo voy a negar…al igual que al final tenemos una mochila para cada ocasión, tenemos un trípode para cada momento.
En este caso valoraremos, un trípode de viaje, como se suelen llamar. Un trípode pequeño, ligero y que podamos llevar, sin mucha incomodidad a todas partes.  
Recientemente la empresa K&F Concept me ha enviado un trípode de viaje. Concretamente el modelo D254C1 con la rótula BH-28L. Hablaremos de sus características y qué nos ofrece para abordar un gran número de tipo de fotografías.
En un trípode de viaje buscamos a priori tres características básicas: tamaño, peso y carga máxima que soporta. El trípode D254C1, en su versión de carbono que es la que tengo en mis manos, tiene unas dimensiones, plegado, de tan sólo 41cm. Su peso es de 1,35kg, muy ligero. Y su carga máxima con esta rótula, 10Kg.
Otra característica importante a tener en cuenta es la altura máxima del trípode si lo que nos gusta es trabajar de pie tras él. En este caso es de 1,140 m sin la columna central elevada y de 1,60 con ella levantada. Personalmente, no suelo desplegar la columna central porque hace que perdamos estabilidad. Pero cierto es que ese extra de altura nos puede salvar en algunas ocasiones en caso de ser necesario.
Cuando seleccionamos un trípode hay otros factores que debemos considerar.
- El material. Normalmente, los trípodes sueles ser de aluminio o de carbono. Estos últimos suelen aportar más ligereza pero una gran resistencia. Suelen tener un precio ligeramente mayor. Para mi compensa totalmente.
- Número de secciones de las patas. Cuantas más secciones, normalmente, más corto será al encogerlo. Eso sí, las últimas secciones suelen ser cada vez mas finas y menos resistentes al incrementarse el número de las secciones. Cuidado con eso. En este caso disponemos de 4 secciones. Pero el modo de plegado final para guardarlo es plegándolas hacia arriba dejando la columna central entre ellas, con lo que se consigue reducir el espacio que ocupan.
- Tipo de apertura de las patas. Pueden ser tipo “palometa” o palanca, o tipo rosca. En este caso son tipo palometa y se abren y cierran fácil y rápidamente. Personalmente prefiero las de tipo roscado, pero esto sí es un tema personal.
- Tipo de rótula. Este trípode lleva una rótula de bola tipo arca siwss. Con cierres seguros y muy firmes. Ha podido sujetar sin problemas un equipo pesado (luego lo comentaré).
Dos características a añadir a las propias de un trípode y que hace que se adapte a un mayor número de situaciones o que podemos usar en más tipos de fotografía son dos.
Por un lado, la rótula tiene una superficie de rotación lateral muy útil cuando hacemos panorámicas. Es una rosca con los grados marcados que podremos ir girando manteniendo la cámara fija. Esto nos facilita mucho la toma de fotos cuando queremos hacer varias tomas para unirlas en una posterior panorámica.
Otro aspecto interesante es que la comuna central se puede invertir. Personalmente lo veo interesante para todos aquellos que quieran hacer macrofotografías de un modo más cómodo o incluso si quieres tomar una foto desde un punto de vista muy bajo. Personalmente prefiero otras opciones para este tipo de tomas, pero creo que a muchos fotógrafos les puede resultar interesante este modo de uso. Para invertir la columna, tendríamos que desenroscar el típico enganche que llevan los trípodes en el extremo de la columna central, aflojar la propia columna central, sacarla y  volver a colocarla desde abajo. Cerrando todos los topes, tendremos nuestra cámara “cabeza abajo” y muy pegada al suelo, lo que nos permitiría hacer esas tomas de un modo más cómodo.
Como os comenté antes, aunque es un trípode pequeño y ligero, tiene una gran capacidad de carga. Como ejemplo, he montado mi réflex Nikon D750 con el Tamron 150-600 y lo ha aguantado perfectamente. Obviamente no sería el trípode que escogería en caso de mucho viento, pero para días tranquilos, no tendría problema en trabajar con este equipo sobre este trípode de viaje.
Por último, comentar que otro uso que le podemos dar es como monopié, dado que una de sus patas se desenrosca y le podemos colocar la rótula y emplearlo como monopié. Útil para fotografía deportiva o incluso de fauna.
Como veis, es un trípode muy versátil, con unas grandes características y buena calidad de construcción y con muchos detalles que nos permite abordar un gran número de situaciones con un solo trípode. Es ideal para viajes, pequeñas excursiones o incluso para pasear con él por la ciudad. No te resultará pesado y sí muy útil para todas aquellas tomas que requieran una mayor estabilidad.

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